viernes, 26 de agosto de 2011

Cambio

Vaya que me he aburrido de muchas cosas. Podría mencionar casos de haberme aburrido de mi vestimenta, novios, salidas, peleas, clases entre otros. Todos tenían en su momento una razón importante, y ahora que lo pienso bien me han ayudado a crecer.
Un cambio siempre es bueno. No hablo de esos superficiales, aquellos que de la boca para afuera dices que cambiarás, que ya es tiempo de hacer cosas nuevas, de mostrar una nueva faceta pero NO. Yo no hablo de esos. Me refiero a aquellos que sabes que cambiarán tu forma de ver la vida, la imagen que los otros tienen de ti y más aún, sentirte bien contigo mismo. He tratado unas cuantas ocasiones cambiar del todo; no lo he logrado.

Cambiar la mentalidad de otros, a mi parecer, es más fácil que cambiar nuestras opiniones. Desde siempre he tenido la idea que podemos influir en decisiones de otros, quizás no sea lo correcto, pero lo hacemos para sacar algo a beneficio propio. Nunca perdemos, ni buscamos hacerlo. El ser humano tiene por naturaleza el hambre de ganar y bien, buscamos distintas formas de lograrlo.
Cambiamos tácticas y formas de ver las cosas, de vernos a nosotros. Cambiamos en sí, la esencia de lo invisible ¿Por qué razón? Para crearnos la ilusión que todo va a estar bien.

Hace unos días recibí comentarios que, si no tuviera “correa”, me hubieran ofendido y fue así que pensé en este post. Buscamos satisfacer a otros, a las necesidades de nuestro entorno con respecto a la idea que pueden tener sobre uno. No siempre somos felices. No siempre somos completos.
Quizás esa sea la esencia del ser único; a menos que todos busquemos algo distinto en cada persona y todas tratemos de moldearnos a las expectativas de otros jamás encontraremos al ser necesario de nuestra compañía y atención. Mi decisión de cambiar puede que haya sido por una opinión ajena a la mía, por pura estupidez del momento; cataloguémoslo como ‘persuasión indirecta lograda’. Pero ¿qué es lo que se gana en sí? Cambiar nos brinda la visión de lo que podemos llegar a ser por la emoción de un instante. Buscamos mostrarnos de manera diferente para así percibir que se logra con ello, pero no para satisfacernos del otro.

Y ¿qué es lo que pasa cuando no llegamos a nuestra meta? Nada. Frustración, depresión, darte cuenta que no tienes fuerza de voluntad son las primeras cosas que se nos vendrían a la mente ¿cierto? Así pues, no pensamos en los beneficios. No pensamos en que si no logré cambiar no fue porque no fui lo suficientemente perseverante o constante, porque sé que lo di todo para lograrlo, sino que fue porque no era el momento. Ese cambio no era para mí en ese instante.

Con todas y estas cosas siempre buscamos cambiar. Nunca estamos conformes con algo y es bienvenido siempre el instinto del cambio. Tengo la idea, como lo mencioné con anterioridad, hacer un cambio en mi vida, veremos si resulta y si no, pues bien, no era el momento. Eso no quiere decir que no lo haya dado todo por lograrlo ni que no lo haya intentado.


4 comentarios:

  1. oye buen relato encerio y la ultima parte es muy cierta (Y)

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  2. Buscamos satisfacer a otros, a las necesidades de nuestro entorno con respecto a la idea que pueden tener sobre uno. No siempre somos felices. No siempre somos completos <3. Amé esta parte. Esta genial :)

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  3. Una palabra: AUTOACEPTACIÓN y serás feliz sin tener que cambiar por los demás :)
    Como siempre, me gusta leer lo que escribes.

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  4. Me encanto este post, mi favorito seguido por "Mema." Es increible como nuestra personalidad es formada para satisfacer las necesidades del entorno y adoptamos un poco de cada persona con la que nos encotramos, debo admitir es que tu formaste parte de mi personalidad y ese fue en ejemplo del "Todo lo que hagas en la vida será insignificante, pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará" gracias.
    Atte. Esa que le pone +1 a tus posts y que demora en comentar màs que Cosmo en deletrear post.

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