domingo, 1 de mayo de 2011

Loca loca loca.

Antes de empezar este post, debo disculparme por la tan grande ausencia que he demostrado durante estos meses. Ha sido mi culpa, crucifíquenme. Pero he tratado de aprehender historias que me han sucedido —o a otros — para tener un amplio número de ideas para las creaciones de este blog. El resultado, varias hojas en blanco. Soy pésima para almacenar las distintas situaciones que se me presentan; incluso lo comenté con mi madre , por qué sí, dependo aún de ella, y me dijo: Pero, ¿porqué no consigues una libreta para anotar tus ideas o sucesos?. La miré y le hablé con la misma mirada: la esencia de un texto no se va por cómo la copies, mamá. Solo digo.

El hecho es que hasta hace unas horas estaba pelada, no tenía idea alguna de qué postear como casi todo este tiempo. Surgió el tema del preciado blog que tenía gracias a la red social asi que estoy de vuelta, no tan seguido, pero volveré con todo.

La historia de este post va a mi cambio repentino de vida, he pasado de ser una común y silvestre colegiala a ser toda una universitaria. Qué orgullo, qué desastre. Estar en la Universidad es entrar al Parque de las Leyendas y encontrarte con cada cosa. Ves jirafas estiradas, hasta monos, simios, desastres para la sociedad. De allí vienen los nuevos amigos, los colegas, aquellos que harán de tu día pesado uno glorioso. Existen también los depravados, esos que se la dan de bombas sensuales. Hola tema, acabas de aparecer.

‘Acosador: m. Persecución, sin tregua ni reposo, de un animal o de una persona: ‘ . Quizás sea un poco subida de tono esta palabra, pero no encuentro otra. El caso es que he tenido la dicha de gozar indirectamente de uno de ellos, Fernanda. Sí, mujer. Siempre he tenido la imagen de como pervertido encontrar a un hombre, usando bividí y todo sudado. No un Beckham, aclarando dudas. La joven según mi compañero afectado, según Ignacio se veía normal, me refiero a que su atuendo era completamente sencillo, no llamaba la atención, no se escandalizaba, en fin … era una chica normal, hasta cierto punto. Incluso compartió la mesa con nosotros alguna vez, era linda, la fiché para amiga.

Pasaron las semanas y noté a mi amigo algo ido. Ignacio se caracteriza por ser divertido, hiperactivo y sumamente perro. Pero durante esas semanas, estaba algo serio, caminaba con la cabeza volteando hacia todos lados y con ojos de fobia. Se había alejado de todo el grupo, era el nuevo incomprendido. Decidí pues, fiel seguidora de la Madre Teresa de Calcuta, preocuparme por mi adolescente amigo y le dije: Flaco, está todo bien? . Me observó, bajo la cabeza y siguió su camino. Horas más tarde me llamo y me dijo: Tengo a una mujer encima, en sentido figurado. Me contó la historia; yo no tenía nada de ganas de comerme un problema ajeno, pero mi teléfono tiene un ‘nosequé’ que parece imán de pedir consejos. Así que, escuché escuché y escuché.

La muchachita Fernanda había atosigado tanto a mi amigo, que se creía su novia. Para simplificarla, creyó que porque Ignacio la besó (como plan de choque y fuga) ella ya era oficialmente su novia. No excuso a Ignacio, no me gusta como toman a la mujer de esa manera. Pero, vamos, si ella quería hacer eso con él … se atiene a las consecuencias. Es mas , ni siquiera pasaron del beso. Pero fue motivo para que lo llamara día y noche, iba a su casa, le mandaba e-mails, lo llamaba al cel, si veía una foto de Ignacio con amigas le hacía problemas, era una histeria no-novia.

Fue entonces que me llené de valor y de cansacio y le dije: Nacho, haremos esto ..
Al día siguiente, Ignacio apareció reluciente, hermoso, jamás lo había visto de esa manera, estaba decidido, confiado. Me miró, sonrió y dijo: ¿Vamos? . Mi idea no era la mejor , pero tenía que solucionarlo.
Así que fuimos, buscamos a Fernanda y le dije: Eh tú , Ignacio tiene algo para decirte. Ella volteó, mismos aires de Megan Fox, y dijo: Si amor?. Ignacio, se arregló la chaqueta y dijo: Fernanda, soy gay.
La mujer se quedó helada, empezó a reírse frenéticamente, sollozó y se fue corriendo. La verdad es que no la he vuelto a ver desde ese entonces.
Fernandita, si lees este post, quiero agradecerte por dos cosas: Una, por darme una historia para publicar en el post— tranquila cambié tu nombre — y dos : Ignacio volvió a ser el perro de antes, tiene más jale por haber dicho que era gay. Las mujeres quieren ‘descubrirlo’. No sé qué tienen, seguro un derrame cerebral pero bueno, su problema.

Para terminar este post quiero hacer notar unos cuantos puntos: He cambiado el nombre del blog y el diseño, espero que sea de su agrado. Tengo pensado hacer otro post algún dia de estos, pasen la voz de qué tema quisieran que se hable, veamos si me ha ocurrido algo relacionado.
Hasta pronto, no se pierdan, y sigan leyendo :)