viernes, 14 de enero de 2011

LA INEXISTENCIA DEL “ME GUSTAS”.

He pasado esta situación y no precisamente con actores de series de televisión o películas de cine. Conocí a Esteban en una reunión nada fuera de lo común. Yo estaba con mi grupo de amigos y él, con los suyos, él ni me miraba y yo no podía despegar mis ojos de su risa.
Esteban no es un papi de telenovela de Thalía o esas melodramáticas, no. Esteban tiene un no sé qué ( ahora estoy segura que es su sonrisa) que lo hace atractivo, sumamente lindo. Nunca se lo mencioné a nadie, mi hermano tenía sus sospechas pero no podía asegurar nada: nunca le pregunté por el chico de la camiseta turquesa de la reunión de Paco, JAMAS.

Mi hermano recibía indirectas por parte mía tales como: Oye y Esteban? Que tal ah?. Me miraba sorprendido, volteaba la cara y decía: Bien pues, con su flaca. Y me apaga los tres minutos siguientes del día. Esteban, quiero dejar en claro, no me gusta ni me gustaba, me parecía atractivo hasta ahora pero nunca me gustó por completo. Y su flaca, su enamorada, novia, agarre o como la quieran llamar, era linda, buena chica, y Oh! una amiga lejana.

Un sábado 9, después de unos meses, llega mi hermano con una sonrisa de oreja a oreja a la casa, mi mamá le pregunta si por fin consiguió trabajo y el la miró mal, sabía que trabajaba pero siempre le dan de holgazán; ahora ya conocen a mi hermano un poco más. Bueno, al margen de ello, traía entre sus manos una invitación “elegante” : PASE DOBLE. Yo, salamera y linda hermana, me le metí por los ojos, limpie su cuarto tres días seguidos y logré ir a tan dichosa recepción. De quien era? De Esteban Goicochea celebrando el haberse graduado de la Universidad.
La recepción tuvo de decente unas 2 horas, los viejos se fueron y el salón quedó para la nueva generación, la perdida para muchos, la añorada para otros. La noticia que Esteban había terminado su relación con “la flaca” me dio pena, en realidad hacían bonita pareja PERO se me fue en seguida cuando la vi en la misma recepción con otro tipo encaramelada, qué linda la flaquita. Fue así que al transcurrir las horas la cosa se puso mejor, yo bailaba y bailaba, mi hermano tomaba y tomaba. Soy conciente de que tomé un poquito, un red bull para empilar el momento. Me empiló , es verdad, y fui directo donde Esteban. Lo miré seriamente y le dije: Oye, tienes algo conmigo o nada?

Mandadita, bien rica. Luego de un segundo caí en mi estupidez y reí. Él me miró, sonrió y dijo: Claro pues, no te dabas cuenta? Pero shh, que creo que tu flaco se molestará.

No le respondí, no tengo flaco. Lo que sí me di cuenta es que si no le dije nunca a Esteban que su sonrisa me mataba, era por que simplemente no lo sentía. Su sonrisa y sus ojos me mataban, pero nunca se atrevió a decirme nada. Me parece o parecía atractivo Esteban, a esta altura del post lo admito, pero muy en el fondo sabía algo: Me atraía su sonrisa y ojos pero no me atrajo su “valentía” para decirme: Sabes? ME GUSTAS.

domingo, 9 de enero de 2011

LA NECESIDAD DE SENTIRNOS HALAGADOS.

Había pensado en la existencia de este post hace unas semanas; con esto de las fiestas más el verano se me han pasado los días volando y así también he tenido algunas experiencias / ideas para comentarles en las próximas publicaciones. La de hoy, está muy explícita. TODOS, absolutamente todos queremos sentirnos “bien” por algo que hayamos hecho, el cual debe habernos causado un tremendo esfuerzo o sino, sentirnos “bien” por lo que somos o planteamos ser, que también nos ha causado un gran esfuerzo.
Tengo diferentes caso de halagos, unos por partes de amigos, padres, padres de amigos, amigos de mis padres, etc. Pero cada uno es tan obvio y tan estúpidamente notable en ciertas ocasiones que, con sinceridad, causan gracia.

Primer caso: TUS PADRES.

Hace dos meses tenía la megafiesta de la cuadra. Digo “mega” porque la habíamos planeado con unos 4 meses de anticipación. Asistirían mis amigos, los cuales tienen a sus amigos, y estos a sus amigos, que finalmente también son los míos. Llegado el divino momento del arreglo personal, luego de demorarme unos cuarenta minutos en total, voy (con la plena seguridad de una buena respuesta) hacia mi madre y le pregunto: Qué tal estoy?
ERROR. Para tu mama, papa y abuelos SIEMPRE sisi, SIEM-PRE vas a estar perfecta o perfecto.
Mi mamá con una voz dulce y melodiosa dijo “Que linda estás”. Mi papá, un poco más crudo manifestó: Bien bien, ahora bájate un poquito más el vestido.

Segundo caso: TUS AMIGOS.

Luego de que caes en la idea de que la opinión de tu mamá sirve pero no es 100% segura, te diriges a los amigos. Esos sí que son incondicionales. Hasta un “que mami te ves” o “pucha estás más churro” te levanta el ánimo al toque, te empila, llena tu cuerpo de seguridad y estás listo para seguir con la travesía de esa noche.
En esa misma fiesta me pasó algo peculiar: Un muchacho, bonito, nerd y precisamente chancón me sacó a bailar. Yo claro está, acepté con la idea de despuntarlo al comienzo de segunda canción, y fue así que (imaginando lo que estaba por pasar) me dijo: Oie, qué bonita estás hoy, digo, siempre.
Me sonrojé y accedí a bailar con él unas tres canciones del mix que estaba en ese momento, luego lo llamaron desde su casa para que ya vaya y fue el fin de mis elogios por parte de un lindo nerd.
Hablando de afanes, amoríos y todo ese rollo, lo peor que te puede pasar con los halagos y tus amigos son las conquistas. Planteémoslo de esta manera:
CONQUISTA = VALENTIA + ELOGIOS + UNA BUENA FACHA.

ES ASÍ, si no te ves bien, no eres nada. Si no eres bueno (de personalidad) no eres nada, y por lo tanto si no eres nada…no tienes conquista o sea, adiós noche campeón. Si se va entendiendo?

Tercer caso: LOS MICROBUSEROS, CAMIONEROS, COBRADORES, RATEROS,BASUREROS, ALBAÑILES Y TODO PROFESIONAL”
Este es el caso más sonado, y más extraño que pueda existir. Como mujer, debo decir que recibir un elogio de ese tipo de personas es extrañamente, para algunas de mis amigas, el impulso para continuar el día. Yo no sé en realidad qué de gracia le ven que el señor que recoge la basura te silbe, o te diga cosas como “Cuantas curvas y yo sin freno”. Comentaba de este caso con una amiga y me dijo: Si un albañil o cobrador te dice eso sabes que también eres interesante. Con todo respeto a mi amiga, su comentario me pareció tremenda tontería. Yo no me siento más “interesante” por gustarle también a un camionero, o a un papito bronceado. Me siento “interesante” por solamente haberle desviado el ojo a alguien :)

Añadiré algo a este post: Esta noche uno de lo que recoge la basura lanzó un silbido hacia mí, mi mamá y a un amigo. Le agradecemos el gesto (;