viernes, 28 de octubre de 2011

Blanco, tiempo y fiesta

La unión de estos tres términos no guarda ninguna relación al comienzo. Es más, mientras escribía este post ni si quiera tenía clara la idea del porqué lo titulé así.
Asignar “blanco” a una situación es complicado. El blanco es el inexistente, lo irreal. Blanco hace referencia a lo puro y desconocido, al ser mismo, a la nada; también, el blanco del que hablo es la victoria, no solo representa el acto de rendirse, sino que lo festeja de manera amplia y, aunque no se crea, produce confusión.

Les pondré un ejemplo. Hace unas cuantas semanas (tengo la dicha de volver a decir eso en el blog) gané una competencia de palabras, una discusión para decirlo de manera sencilla. Gané porque tenía la razón. Había contado con mis habilidades persuasivas y además me basaba en la verdad. Mi orgullo estaba por encima de todo pero, para ser sinceros, solo buscaba silenciar a mi competidor con la idea de “yo tengo la razón porque las cosas fueron así, yo las vi”. El suceso terminó con la aceptación de mi victoria. Pero, ¿cómo me encontraba después de ello? Estaba en el estado negro. Sí, había ganado, había logrado que mi voz se escuchara pero… ¿que gané en sí? Imponer, alimentar el ego y uno que otro insulto a mi madre. En resumen, pasé de un supuesto blanco a un negro entero, oscuro, como el papel hecho cenizas.

Por otro lado, el término tiempo es el contrincante de la lucha de cada uno. Unas veces se agiliza y otras, muchas otras, se hace lerdo. Se presenta como obstáculo en diversas ocasiones, la piedra que se tiene que esquivar y es exhibida como roca. Hablar de tiempo es hablar de olas. ¡No estoy loca! La relación existe en que el tiempo y las olas van y vienen… unas te revuelcan y otras llegan suavemente, te agradan. Sin embargo, necesitas de un despertador que te avise cuando las cosas están por mal camino, un peep que indique si debes actuar o esperar. Somos impacientes y creemos que si no actuamos a impulso no estamos actuando. ERROR, actuamos mientras esperamos.

Y por último, la “fiesta”. A este punto ya habrán encontrado un sentido y una relación al texto ¿no? La fiesta es lo concluyente. Es el banquete de las satisfacciones, del lucirse ante un espejo, del sonreír. Es ese agasajo donde celebras que has podido concluir una etapa o un suceso. El último suspiro para volver a respirar aire nuevo. Eso es fiesta.

La combinación ha sido concluida. Blanco, tiempo y fiesta pueden estar en orden o variar su posición, el resultado final es el cómo se siente cada persona ante tal fusión. Se busca un resultado positivo, y si no es así, se busca lo que mejor le convenga a cada uno. Unos preferirán el negro, porque les satisface quedar así, manchados. A otros, el tiempo los vence y se rinden; no deciden levantarse, establecer un “seguir” en su programación y reempezar; otros, caen ante la fiesta. Se olvidan de los primeros mencionados para buscar una celebración vacía, y por consecuencia, caen ante Negro.

Mientras yo soy gris, reniego del tiempo y busco la fiesta seguiré analizando lo que tengo y no. Aclaro, soy gris no porque sea tibia, sino porque no puedo considerarme blanco del todo. Ser blanco es sinónimo de perfección, y digamos que me falta mucho para ello.

viernes, 26 de agosto de 2011

Cambio

Vaya que me he aburrido de muchas cosas. Podría mencionar casos de haberme aburrido de mi vestimenta, novios, salidas, peleas, clases entre otros. Todos tenían en su momento una razón importante, y ahora que lo pienso bien me han ayudado a crecer.
Un cambio siempre es bueno. No hablo de esos superficiales, aquellos que de la boca para afuera dices que cambiarás, que ya es tiempo de hacer cosas nuevas, de mostrar una nueva faceta pero NO. Yo no hablo de esos. Me refiero a aquellos que sabes que cambiarán tu forma de ver la vida, la imagen que los otros tienen de ti y más aún, sentirte bien contigo mismo. He tratado unas cuantas ocasiones cambiar del todo; no lo he logrado.

Cambiar la mentalidad de otros, a mi parecer, es más fácil que cambiar nuestras opiniones. Desde siempre he tenido la idea que podemos influir en decisiones de otros, quizás no sea lo correcto, pero lo hacemos para sacar algo a beneficio propio. Nunca perdemos, ni buscamos hacerlo. El ser humano tiene por naturaleza el hambre de ganar y bien, buscamos distintas formas de lograrlo.
Cambiamos tácticas y formas de ver las cosas, de vernos a nosotros. Cambiamos en sí, la esencia de lo invisible ¿Por qué razón? Para crearnos la ilusión que todo va a estar bien.

Hace unos días recibí comentarios que, si no tuviera “correa”, me hubieran ofendido y fue así que pensé en este post. Buscamos satisfacer a otros, a las necesidades de nuestro entorno con respecto a la idea que pueden tener sobre uno. No siempre somos felices. No siempre somos completos.
Quizás esa sea la esencia del ser único; a menos que todos busquemos algo distinto en cada persona y todas tratemos de moldearnos a las expectativas de otros jamás encontraremos al ser necesario de nuestra compañía y atención. Mi decisión de cambiar puede que haya sido por una opinión ajena a la mía, por pura estupidez del momento; cataloguémoslo como ‘persuasión indirecta lograda’. Pero ¿qué es lo que se gana en sí? Cambiar nos brinda la visión de lo que podemos llegar a ser por la emoción de un instante. Buscamos mostrarnos de manera diferente para así percibir que se logra con ello, pero no para satisfacernos del otro.

Y ¿qué es lo que pasa cuando no llegamos a nuestra meta? Nada. Frustración, depresión, darte cuenta que no tienes fuerza de voluntad son las primeras cosas que se nos vendrían a la mente ¿cierto? Así pues, no pensamos en los beneficios. No pensamos en que si no logré cambiar no fue porque no fui lo suficientemente perseverante o constante, porque sé que lo di todo para lograrlo, sino que fue porque no era el momento. Ese cambio no era para mí en ese instante.

Con todas y estas cosas siempre buscamos cambiar. Nunca estamos conformes con algo y es bienvenido siempre el instinto del cambio. Tengo la idea, como lo mencioné con anterioridad, hacer un cambio en mi vida, veremos si resulta y si no, pues bien, no era el momento. Eso no quiere decir que no lo haya dado todo por lograrlo ni que no lo haya intentado.


martes, 23 de agosto de 2011

Premio a la Exhibición

No hablaré de mi ausencia en el blog; he tenido demasiadas cosas que hacer y puedo citar millones de pretextos que no vienen al caso. Hablaré del título del post y el porqué decidí llamarlo así.
El asistir a reuniones de diversa índole es sumamente entretenido. Así uno asista a una por trabajo, estudios o simplemente ocio logra encontrarse en la jungla de lo desconocido ¿Cómo así? Pues bien, una reunión es locación para poder hallar a animales ebrios, chicas estiradas, profesionales fracasados y con ansias de ganarles el puesto a otros, animales dóciles como venados y por último, seres como yo. Soy de esa clase de personas que — en el caso que sea de una reunión de amigos o familia — observo cómo se desenvuelve cada invitado en el ambiente. Es decir, soy aquella persona que estudia sin objeto alguno a los asistentes.

Quizás lo que haga no es bueno, quizás. Pero, para ser francos, no le encuentro razón alguna para embriagarme, por ejemplo. El alcohol es el instrumento adecuado para liberar lo peor de cada ser y, siendo razonables ¿a quién le gusta que quede al descubierto todas las cosas que puede hacer sin si quiera tener conciencia de ello? Está bien, yo no niego la posibilidad de pasar el rato con unas cuantas copas, congeniar con las personas mientras se toma algo, pero de ahí a que libere el peor lado de mi personalidad… eso sí que es ilógico.
Me he matado de risa en ciertas ocasiones y en otras he deseado fugarme. En mi casa la cosa es sencilla: el que toma se transforma. Lo he hecho notar unas cuantas veces, mi hermano se ríe y habla que soy una idiota quedada, mamá dice que ella solo bebe (y es cierto) para el momento mas no durante todo el evento y papá se digna a reír junto con el esperpento de mi hermano pero aclara que no le gustaría verme ebria alguna vez.

Tampoco puedo negar que sí he tomado hasta cierto punto en el que casi pierdo la razón, vamos… el que sepa de qué se trata no quiere decir que me limpio las manos por completo. Además, he tenido las locaciones precisas, los momentos exactos y la compañía adecuada para hacerlo y aun así no lo hice. He tomado, me he divertido, he bailado, hablado, jugado, coqueteado, gritado, enojado y entre otras cosas gracias al alcohol tomado para amenizar una reunión. Pero eso sí, nunca he llegado a tal punto de vomitar en la acera o armar lío por el mismo. Jamás.

El alcohol logra que pasemos un buen rato, y después nos convirtamos. No obstante, nos gusta. No hay que ocultarlo. Qué rica es la sensación de pasar un buen momento junto a las personas que estemos y tomar unas cuantas copas, qué gloria. ¡Qué torpeza! Recuerdo que una amiga se le declaró a un tipo gracias al alcohol ingerido esa noche; a la mañana siguiente ambos no podían mirarse a la cara luego de esos apasionados besos que se lanzaron luego de discutir. Con la vergüenza notoria no conversaron sino un mes después. No niego mi amistad con el alcohol, es mi acompañante ideal, innegable pero cansa. Punto uno.

Dejando detrás al alcohol y evitando tocar el tema porque ya le hemos dado duro al pobre, están presentes también las superficiales. No hay nada como estas personas, quizás me he encontrado en alguna oportunidad entre ellas sin llegar a pertenecer del todo. Inconfundibles son esas, las que se distinguen por mostrar una vida perfecta llena de palabreos y hechos deseados. No puedo discernir hoy en día quien es quien ante un mundo lleno de nosotros, los “caretas”. Me incluyo porque NADIE se muestra tal cómo es, y si estás pensando en alguna persona que sí lo hace, o quizás en ti misma debo decir que dejes de engañarte. Ninguno de nosotros, por desgracia o no, nos revelamos al mundo tal y como somos. Por política, ética o vergüenza ocultamos ciertos detalles de nuestra persona haciéndonos en una pequeña porción más interesantes, no digo que somos unos perfectos escultores de nuestra vida, mas no podemos decir que somos transparentes cuando hemos pensado alguna vez la excusa del porqué hemos asistido tarde a alguna parte.

Los superficiales al extremo, punto dos el cual tomo, son gloriosos. Tienen la osadía de creerse algo que no son y para colmo, actuar con normalidad. Olvidemos el párrafo anterior, eso es lo normal, el superficial leve y no notorio. A los que yo hago referencia en este post son esos que hacen alarde de que su presencia es como si fueran la última gota de agua en el desierto, tan importante. Es común distinguirlos en mi entorno y también es común que disfrute de ellos y con ellos. Son amigos o conocidos después de todo, asisten a la misma reunión que he asistido o yo y es algo seguro que los veré en otras ocasiones.

Para concluir, están las personas cómo yo. Los medios. No me refiero a que no tenemos claro lo que somos, sino a que gozamos con una u otra cosa. Mi personalidad es la misma en distintas reuniones, quizás un poco más de mesura en una que otra si hay en cambio de amistosa a profesional, pero sigo siendo la misma que habla hasta por los codos, ríe demasiado y es odiosa a veces. Me llevo el premio a la exhibición como los dos tipos de arriba, por ser yo y por no serlo. Por ser amiga lejana del alcohol y por gozar de lo superficial. Por no ser gris sino elegir entre ser blanco o negro. Les he dejado abierta la posibilidad de pensar a qué tipo de ‘asistente a una reunión’ son. Gocen si son del primero, o del segundo o si son como yo. Gocen porque esa es la manera tal cual se exhiben y es mejor gozar que notar lo feísimo que podemos llegar a ser.

domingo, 1 de mayo de 2011

Loca loca loca.

Antes de empezar este post, debo disculparme por la tan grande ausencia que he demostrado durante estos meses. Ha sido mi culpa, crucifíquenme. Pero he tratado de aprehender historias que me han sucedido —o a otros — para tener un amplio número de ideas para las creaciones de este blog. El resultado, varias hojas en blanco. Soy pésima para almacenar las distintas situaciones que se me presentan; incluso lo comenté con mi madre , por qué sí, dependo aún de ella, y me dijo: Pero, ¿porqué no consigues una libreta para anotar tus ideas o sucesos?. La miré y le hablé con la misma mirada: la esencia de un texto no se va por cómo la copies, mamá. Solo digo.

El hecho es que hasta hace unas horas estaba pelada, no tenía idea alguna de qué postear como casi todo este tiempo. Surgió el tema del preciado blog que tenía gracias a la red social asi que estoy de vuelta, no tan seguido, pero volveré con todo.

La historia de este post va a mi cambio repentino de vida, he pasado de ser una común y silvestre colegiala a ser toda una universitaria. Qué orgullo, qué desastre. Estar en la Universidad es entrar al Parque de las Leyendas y encontrarte con cada cosa. Ves jirafas estiradas, hasta monos, simios, desastres para la sociedad. De allí vienen los nuevos amigos, los colegas, aquellos que harán de tu día pesado uno glorioso. Existen también los depravados, esos que se la dan de bombas sensuales. Hola tema, acabas de aparecer.

‘Acosador: m. Persecución, sin tregua ni reposo, de un animal o de una persona: ‘ . Quizás sea un poco subida de tono esta palabra, pero no encuentro otra. El caso es que he tenido la dicha de gozar indirectamente de uno de ellos, Fernanda. Sí, mujer. Siempre he tenido la imagen de como pervertido encontrar a un hombre, usando bividí y todo sudado. No un Beckham, aclarando dudas. La joven según mi compañero afectado, según Ignacio se veía normal, me refiero a que su atuendo era completamente sencillo, no llamaba la atención, no se escandalizaba, en fin … era una chica normal, hasta cierto punto. Incluso compartió la mesa con nosotros alguna vez, era linda, la fiché para amiga.

Pasaron las semanas y noté a mi amigo algo ido. Ignacio se caracteriza por ser divertido, hiperactivo y sumamente perro. Pero durante esas semanas, estaba algo serio, caminaba con la cabeza volteando hacia todos lados y con ojos de fobia. Se había alejado de todo el grupo, era el nuevo incomprendido. Decidí pues, fiel seguidora de la Madre Teresa de Calcuta, preocuparme por mi adolescente amigo y le dije: Flaco, está todo bien? . Me observó, bajo la cabeza y siguió su camino. Horas más tarde me llamo y me dijo: Tengo a una mujer encima, en sentido figurado. Me contó la historia; yo no tenía nada de ganas de comerme un problema ajeno, pero mi teléfono tiene un ‘nosequé’ que parece imán de pedir consejos. Así que, escuché escuché y escuché.

La muchachita Fernanda había atosigado tanto a mi amigo, que se creía su novia. Para simplificarla, creyó que porque Ignacio la besó (como plan de choque y fuga) ella ya era oficialmente su novia. No excuso a Ignacio, no me gusta como toman a la mujer de esa manera. Pero, vamos, si ella quería hacer eso con él … se atiene a las consecuencias. Es mas , ni siquiera pasaron del beso. Pero fue motivo para que lo llamara día y noche, iba a su casa, le mandaba e-mails, lo llamaba al cel, si veía una foto de Ignacio con amigas le hacía problemas, era una histeria no-novia.

Fue entonces que me llené de valor y de cansacio y le dije: Nacho, haremos esto ..
Al día siguiente, Ignacio apareció reluciente, hermoso, jamás lo había visto de esa manera, estaba decidido, confiado. Me miró, sonrió y dijo: ¿Vamos? . Mi idea no era la mejor , pero tenía que solucionarlo.
Así que fuimos, buscamos a Fernanda y le dije: Eh tú , Ignacio tiene algo para decirte. Ella volteó, mismos aires de Megan Fox, y dijo: Si amor?. Ignacio, se arregló la chaqueta y dijo: Fernanda, soy gay.
La mujer se quedó helada, empezó a reírse frenéticamente, sollozó y se fue corriendo. La verdad es que no la he vuelto a ver desde ese entonces.
Fernandita, si lees este post, quiero agradecerte por dos cosas: Una, por darme una historia para publicar en el post— tranquila cambié tu nombre — y dos : Ignacio volvió a ser el perro de antes, tiene más jale por haber dicho que era gay. Las mujeres quieren ‘descubrirlo’. No sé qué tienen, seguro un derrame cerebral pero bueno, su problema.

Para terminar este post quiero hacer notar unos cuantos puntos: He cambiado el nombre del blog y el diseño, espero que sea de su agrado. Tengo pensado hacer otro post algún dia de estos, pasen la voz de qué tema quisieran que se hable, veamos si me ha ocurrido algo relacionado.
Hasta pronto, no se pierdan, y sigan leyendo :)

viernes, 18 de febrero de 2011

LA AMISTAD EXTRAÑA ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER

Después de ver *‘Cuando Harry encontró a Sally’ he dejado de lado mi opinión sobre la amistad entre un hombre y una mujer. Para los que han visto la película, me han de entender; para los que no, les haré una breve reseña.

Harry, hombre. Sally, mujer.¿ Vamos bien hasta ahora? Harry conoce a Sally y la muchacha despierta en él la atracción esperada en la película. Sally pretende ser solamente amiga de Harry, Harry pretende tener un poco de ‘acción’ con nuestra protagonista. No llegaron a ser ‘amigos’ sino hasta dos décadas después, y esto es. Harry siempre tuvo la idea de que un hombre no puede ser amigo de una mujer, Sally, todo lo contrario. Es más, podría decirse que le dio unas clases de cómo son los pensamientos varoniles ante una mujer, y con esto cerraré el corto argumento: Un hombre nunca podrá ser amigo de una mujer por el simple hecho que siempre existirá una atracción sexual, sea por los ojos, cabello, manos, color de piel, forma de ser, etc. A lo que Sally dijo: 'Pero si yo no quiero nada con ellos’ y Harry, seguro como todo un modelo de Channel dijo: ¿ Y acaso sabes si ellos no quieren NADA contigo?

Yo toda mi vida he tenido en claro y en alto que un hombre sí puede tener amigas, y viceversa. Es más, yo tengo amigos hombres. ¿Quién no tiene amigos diferentes a su sexo hoy en día? Pero después de conocer los puntos de vista de Harry, he tenido ciertas dudas. Para ser más precisa, los primeros días siguientes de ver la película, cada vez que un amigo cercano hablaba conmigo examinaba sus gestos, movimientos y tratos hacia mí. Era un espécimen extraño, totalmente nuevo para mí. Pero, con el paso de los días he llegado a la conclusión de que estoy a favor y en contra de la política de Harry.

En contra porque me la he pasado excelente con mis amigos hombres, he reido, saltado, jugado, bromeado entre otras cosas y jamás he sentido ese momento especial del *qué está pasando aquí. Pero es allí donde viene el punto a favor, no sé si ellos han sentido el tic amoroso – atractivo por un momento. No hablo de belleza exterior, me refiero a lo que uno siente cuando realmente la está pasando de maravilla con otra persona.

No he dejado de ser amiga de mis amigos por mi cambio de opinión, que ni siquiera es cambio sino una diferente perspectiva de ello. Amo a mis amigos hombres, no se si ellos me amaran de otra manera, puede que sí, puede que no. O simplemente quieren ‘eso’ como Harry quería con Sally. Mientras tanto, iré a divertirme con ellos. Si pasa algo, bueno .. recordaré las sabias palabras de un Harry de ficción.


Post it imaginario: Por si acaso, no hay historia de amor en la que podrán encontrar mejor química entre una pareja como en esta película. Y sí Harry se queda con Sally al final

sábado, 5 de febrero de 2011

O sea SÍ , pero NO.

Hace unos días fui al cine con mis amigas. Para entrar a ver la dichosa película tuvimos que esperar una hora y media en las instalaciones del cine. La larga espera trajo consigo risas absurdas, temas superficiales, uno que otro mordiscón en un pan con hotdog y la necesidad de ver muchachos lindos.

Salió así la oportunidad cercana de observar las películas próximas a estrenarse y con ellas las mil historias que recorrían por nuestros cerebros aún prematuros (tengo la idea de que cuando nos llegue un golpe al que sin lugar a dudas no podamos darle una vuelta de campana, allí va a llegar el momento de nuestra ‘maduración mental’ absoluta). Sin más cotilleos, y palabreos salió el tema del ‘quiero un novio’. Febrero se acerca y como dice Almendra, una amiga: el aire se está tornando rojo. No entiendo su metáfora, pero si su mes rojizo está cerca, hemos llegado a la conclusión que lo pasaremos solas como ebrio en cantina.

Y es que, en estas temporadas, TODO EL MUNDO quiere estar con nadie y nadie quiere estar con todo el mundo. Me explico? Es verano, algunos buscan un free, otros un amor sincero. Yo, la verdad es que no quiero un affair, pero tampoco sé si a estas alturas del año quiero un novio galán, cortés y soñado.

Hasta el momento, después de mi última trágica – feliz ruptura, no he tenido novio. No contaré los pormenores de mi depresión, pero sí les explayaré la terrible decisión de estar sola por un tiempo. No me coronen de ‘perra necesitada’ , no lo soy. Pero ‘terrible’ es la palabra perfecta para ciertos acontecimientos.

Por ejemplo, imaginen que están en su casa, solos, y llega un amigo o amiga diciendo para salir. Espectacular la idea, agarras tu bolso o billetera, te despides y fin a tu glorioso aburrimiento. Minutos más tarde, tu amigo o amiga recibe una llamada de su pareja, deciden verse en el lugar donde tú ibas a ir con él/ella y adiós momento. No lo digo por que quiero estar a solas con mi amig@, sino que ahora haré el papel de violinista gratis. Es allí donde piensas, si yo tuviera pareja, hubiéramos salido los 4 ó, no tendría que salir con él/ella.

Y por otra parte, estar solo es genial. En la situación anterior, he salido con amigos que tienen sus parejas (es decir, salimos los 3) y me la he pasado de las mil maravillas. La situación es complicada, lo sé.
No sé que se sentirá ser un hombre soltero, me imagino que la gloria plena pero, en cuestión de mujeres y en MI caso, a veces lo es. Me refiero a la simple frase ‘que churro es’. Si tuviera pareja no la diría, por respeto a él y a mí, estaría en un conflicto conmigo misma. PERO como no estoy con nadie, me puedo comer con la mirada a quien quiera, aceptar o no un elogio barato o fino, y por sobre todas las cosas, mirar sin mayor culpa alguna.

Así vuelvo a lo de siempre. Quiero tener un novio, y a la vez no. Sé que pensarán : ‘pero puedes tener un agarre, un choque y fuga pues’. No, no me veo en esas cosas. Aspiro a más que un ‘agarre necesitado’ ; aspiro a ser la luz que alumbre a las mañanas a un hombre, el motivo de que su celular esté cerca suyo, el que le tenga que rogar a la luna que salga llena para regalármela. Y , con todas esas cursilerías románticas plenas, quiero estar en nada y a la vez en todo.

viernes, 14 de enero de 2011

LA INEXISTENCIA DEL “ME GUSTAS”.

He pasado esta situación y no precisamente con actores de series de televisión o películas de cine. Conocí a Esteban en una reunión nada fuera de lo común. Yo estaba con mi grupo de amigos y él, con los suyos, él ni me miraba y yo no podía despegar mis ojos de su risa.
Esteban no es un papi de telenovela de Thalía o esas melodramáticas, no. Esteban tiene un no sé qué ( ahora estoy segura que es su sonrisa) que lo hace atractivo, sumamente lindo. Nunca se lo mencioné a nadie, mi hermano tenía sus sospechas pero no podía asegurar nada: nunca le pregunté por el chico de la camiseta turquesa de la reunión de Paco, JAMAS.

Mi hermano recibía indirectas por parte mía tales como: Oye y Esteban? Que tal ah?. Me miraba sorprendido, volteaba la cara y decía: Bien pues, con su flaca. Y me apaga los tres minutos siguientes del día. Esteban, quiero dejar en claro, no me gusta ni me gustaba, me parecía atractivo hasta ahora pero nunca me gustó por completo. Y su flaca, su enamorada, novia, agarre o como la quieran llamar, era linda, buena chica, y Oh! una amiga lejana.

Un sábado 9, después de unos meses, llega mi hermano con una sonrisa de oreja a oreja a la casa, mi mamá le pregunta si por fin consiguió trabajo y el la miró mal, sabía que trabajaba pero siempre le dan de holgazán; ahora ya conocen a mi hermano un poco más. Bueno, al margen de ello, traía entre sus manos una invitación “elegante” : PASE DOBLE. Yo, salamera y linda hermana, me le metí por los ojos, limpie su cuarto tres días seguidos y logré ir a tan dichosa recepción. De quien era? De Esteban Goicochea celebrando el haberse graduado de la Universidad.
La recepción tuvo de decente unas 2 horas, los viejos se fueron y el salón quedó para la nueva generación, la perdida para muchos, la añorada para otros. La noticia que Esteban había terminado su relación con “la flaca” me dio pena, en realidad hacían bonita pareja PERO se me fue en seguida cuando la vi en la misma recepción con otro tipo encaramelada, qué linda la flaquita. Fue así que al transcurrir las horas la cosa se puso mejor, yo bailaba y bailaba, mi hermano tomaba y tomaba. Soy conciente de que tomé un poquito, un red bull para empilar el momento. Me empiló , es verdad, y fui directo donde Esteban. Lo miré seriamente y le dije: Oye, tienes algo conmigo o nada?

Mandadita, bien rica. Luego de un segundo caí en mi estupidez y reí. Él me miró, sonrió y dijo: Claro pues, no te dabas cuenta? Pero shh, que creo que tu flaco se molestará.

No le respondí, no tengo flaco. Lo que sí me di cuenta es que si no le dije nunca a Esteban que su sonrisa me mataba, era por que simplemente no lo sentía. Su sonrisa y sus ojos me mataban, pero nunca se atrevió a decirme nada. Me parece o parecía atractivo Esteban, a esta altura del post lo admito, pero muy en el fondo sabía algo: Me atraía su sonrisa y ojos pero no me atrajo su “valentía” para decirme: Sabes? ME GUSTAS.

domingo, 9 de enero de 2011

LA NECESIDAD DE SENTIRNOS HALAGADOS.

Había pensado en la existencia de este post hace unas semanas; con esto de las fiestas más el verano se me han pasado los días volando y así también he tenido algunas experiencias / ideas para comentarles en las próximas publicaciones. La de hoy, está muy explícita. TODOS, absolutamente todos queremos sentirnos “bien” por algo que hayamos hecho, el cual debe habernos causado un tremendo esfuerzo o sino, sentirnos “bien” por lo que somos o planteamos ser, que también nos ha causado un gran esfuerzo.
Tengo diferentes caso de halagos, unos por partes de amigos, padres, padres de amigos, amigos de mis padres, etc. Pero cada uno es tan obvio y tan estúpidamente notable en ciertas ocasiones que, con sinceridad, causan gracia.

Primer caso: TUS PADRES.

Hace dos meses tenía la megafiesta de la cuadra. Digo “mega” porque la habíamos planeado con unos 4 meses de anticipación. Asistirían mis amigos, los cuales tienen a sus amigos, y estos a sus amigos, que finalmente también son los míos. Llegado el divino momento del arreglo personal, luego de demorarme unos cuarenta minutos en total, voy (con la plena seguridad de una buena respuesta) hacia mi madre y le pregunto: Qué tal estoy?
ERROR. Para tu mama, papa y abuelos SIEMPRE sisi, SIEM-PRE vas a estar perfecta o perfecto.
Mi mamá con una voz dulce y melodiosa dijo “Que linda estás”. Mi papá, un poco más crudo manifestó: Bien bien, ahora bájate un poquito más el vestido.

Segundo caso: TUS AMIGOS.

Luego de que caes en la idea de que la opinión de tu mamá sirve pero no es 100% segura, te diriges a los amigos. Esos sí que son incondicionales. Hasta un “que mami te ves” o “pucha estás más churro” te levanta el ánimo al toque, te empila, llena tu cuerpo de seguridad y estás listo para seguir con la travesía de esa noche.
En esa misma fiesta me pasó algo peculiar: Un muchacho, bonito, nerd y precisamente chancón me sacó a bailar. Yo claro está, acepté con la idea de despuntarlo al comienzo de segunda canción, y fue así que (imaginando lo que estaba por pasar) me dijo: Oie, qué bonita estás hoy, digo, siempre.
Me sonrojé y accedí a bailar con él unas tres canciones del mix que estaba en ese momento, luego lo llamaron desde su casa para que ya vaya y fue el fin de mis elogios por parte de un lindo nerd.
Hablando de afanes, amoríos y todo ese rollo, lo peor que te puede pasar con los halagos y tus amigos son las conquistas. Planteémoslo de esta manera:
CONQUISTA = VALENTIA + ELOGIOS + UNA BUENA FACHA.

ES ASÍ, si no te ves bien, no eres nada. Si no eres bueno (de personalidad) no eres nada, y por lo tanto si no eres nada…no tienes conquista o sea, adiós noche campeón. Si se va entendiendo?

Tercer caso: LOS MICROBUSEROS, CAMIONEROS, COBRADORES, RATEROS,BASUREROS, ALBAÑILES Y TODO PROFESIONAL”
Este es el caso más sonado, y más extraño que pueda existir. Como mujer, debo decir que recibir un elogio de ese tipo de personas es extrañamente, para algunas de mis amigas, el impulso para continuar el día. Yo no sé en realidad qué de gracia le ven que el señor que recoge la basura te silbe, o te diga cosas como “Cuantas curvas y yo sin freno”. Comentaba de este caso con una amiga y me dijo: Si un albañil o cobrador te dice eso sabes que también eres interesante. Con todo respeto a mi amiga, su comentario me pareció tremenda tontería. Yo no me siento más “interesante” por gustarle también a un camionero, o a un papito bronceado. Me siento “interesante” por solamente haberle desviado el ojo a alguien :)

Añadiré algo a este post: Esta noche uno de lo que recoge la basura lanzó un silbido hacia mí, mi mamá y a un amigo. Le agradecemos el gesto (;