viernes, 22 de octubre de 2010

¿POR QUÉ NO TE VAS?

Lo mismo de siempre. Ella nunca para de hablar, por más que uno le diga "Jessiquita, amiga mía, corazón de Jesús, pan bendito del Señor, luz de la mañana de tu madre, no hables si?" NADA, ella no entiende.

Jessica Alvarado es esa chica que entra en el grupo de "SORDAS PERO NO MUDAS". Aquellas que tienen por naturaleza hablar de todo lo que se les cruce por la mente, así sea de la mosca que pasó en ese instante. Estar con ella realmente era un martirio, pero como tenía cara de buena gente (y lo es) decidí que no le diría nada. "Posiblemente algun día llegue a aceptarla como es " — pensaba con frecuencia, muchas muchas veces.

A ella le llegaba todo, hasta ahora. Nosotras (todo el salón y uno que otro chico) nos reíamos de las sonserías que decía y Rafael siempre terminaba imitándola. El payaso de la clase era Jessica o eso era lo que queríamos creer. Los peores días tocaban cuando Jess se sentaba al costado mio. Los peores para mí, los mejores para ella.
Intenté escucharla esa vez; había tenido una seria conversación conmigo misma la noche anterior sobre las cosas que podía cambiar, y entre ellas estaba mi trato con Jessica. Así que ese día iba a ser toda oídos para mi compañera del aula.

Me hablo de su perro Bobby, del chico que le gustaba, de la comida que odia, del color verde del césped, entre otras cosas. Pero todas ellas llevaban a un punto: Carlos. Carlos era el papi del salón, por el que todas las chicas mueren y él, nada enterado, movía su cabeza para que su hermosa cabellera se balanceara con el viento .. bueno, el era Carlos. Mi amiga no había podido mirar al peor tipo de la historia, y mayor aun, no podía haber hablado de eso conmigo , la chica a la cual Carlos habia invitado a salir el sábado próximo.

Cómo podía explicarle a una amiga que me había abierto su corazón entre un monton de laberintos de palabras que su chico ahora pretendía que yo fuera su chica. Increíblemente no pude.

Fue entonces que al día siguiente la rutina comenzó. Jessica empezó a hablar y todo el mundo lanzaba risas disimuladas, risas que yo ya conocía el motivo de su existencia. No entiendo como nunca pudo notar que nos reíamos no de ella, si no de lo que hablaba. Bueno, decidí sentarme atrás de ella y me saludó con la mano, yo hice lo mismo y guardamos silencio. Era la primera vez que el salón estaba en completo silencio y Carlos, aprovechando que no estaba el tutor, dijo: A ver Jessica, todo el salón a tomado una decisión y me han elegido a mí para decirte lo que se ha acordado...ERES UN TORMENTO.

Cabe decir que mi persona estaba mucho más que petrificada, es más, NO REACCIONÉ en ese instante. Jessica, al notar las risas de mis compañeros de aula en son de burla, no tuvo más remedio que salir despavorida del salón con lágrimas en los ojos. Segundos después reaccioné, me paré en una silla y grite: MIRA CARLOS ARRIÁTEGUI, POR QUE NO TE CALLAS? AH POR CIERTO, TENGO PLANES MUCHOS MAS IMPORTANTES EL SABADO EN LUGAR DE SALIR CONTIGO. Un "uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuh" se escuchó, y yo, misma machita salvadora, me retiré del aula para alcanzar a Jess.

Cuando la encontré, me abrazó tan fuerte que quedé sin aire. Poco después, me dio una carta que estaba dirigida a Carlos y me hizo prometer que no se lo contaría a nadie. Qué ironía, ahora lo publico.
Jessica se tuvo que cambiar de colegio por la vergüenza y porque no quería seguir viendo a Carlos. ¿Él cómo estaba? Bien bien, solo perdió unas cuantas admiradoras y se ganó una marca roja de mi mano en su carita de bebé idiota.

3 comentarios:

  1. Wow! se lo que se siente! hace tiempo atras me paso algo como eso! solo que el chico y yo si estuvimos saliendo incluso nos besamos! y luego ps me dio demasiado pesar con la chica! me gusto muchiiisiiimo el post! esta buenisiimo! hiciste bien! y ps pobre Jess! sigue pronto! besoos ciao!

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  2. jajajajajaja
    pobre jess...pero bueno eso le pasa por no saber cerrar la boca u.u
    en tanto a carlos..una cachetada bien merecida se la tenia..asi qe m parec mui pero mui bien
    Me encanto massu
    sigue asii
    n.n

    aLe

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  3. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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